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El Conacyt se aísla

Titulares de academias y sociedades nacionales fueron notificados el pasado 9 de octubre por correo electrónico que la dependencia dejaría de suscribir el pago de cuotas y membresías que los afiliaba a entidades con sede en diversos países
C&T
jueves, 15 de octubre de 2020 · 00:00

AGENCIA REFORMA
Ciudad de México

Con la actual contingencia sanitaria como justificación, el Conacyt ha aprovechado para desentenderse de una serie de pagos a organismos internacionales, a riesgo de aislar a México del ámbito científico.

Al menos así lo perciben algunos titulares de academias y sociedades nacionales que el pasado 9 de octubre fueron notificados por correo electrónico que la dependencia que dirige María Elena Álvarez-Buylla dejaría de suscribir el pago de cuotas y membresías que los afiliaba a entidades con sede en diversos países.

“(Esto) derivado de los ajustes presupuestarios y la reorientación de los nuevos objetivos y las medidas necesarias para hacer frente a la pandemia de Covid-19”, según se lee en el oficio enviado desde la Dirección de Cooperación Internacional de Conacyt.

Así, por ejemplo, sociedades como la Mexicana de Física (SMF) o la Matemática Mexicana (SMM) no podrían seguir siendo parte de la Unión Internacional de Física Pura y Aplicada (Iupap, por sus siglas en inglés) o de la Unión Matemática Internacional (IMU), respectivamente, lo cual implicaría perder el acceso a actividades -cursos, foros, talleres, premios-, redes e información mundial, así como a la canalización de recursos para la investigación desde la colaboración internacional. Pero, sobre todo, pondría en riesgo el intercambio constante de investigadores.

“Con esto, México queda prácticamente aislado del ámbito internacional”, remarca en entrevista Tonatiuh Matos, presidente de la SMF, cuya afiliación a la Iupap tiene un costo de 5 mil dólares al año, de los que Conacyt aportaba el 50 por ciento.

“Ahora no vamos a poder hacer nuevos intercambios (de investigadores) ni nuevas estancias, o que nos visiten y que los visitemos, que hagamos un congreso. Ya no vamos a poder participar con ellos. Ése va a ser el problema”.

Comunidad internacional
La presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), Susana Lizano, subraya que lo que está en juego no es la mera membresía de ciertas sociedades o academias, sino la participación misma de México en la ciencia internacional.

“Las academias somos nada más los vehículos para que se beneficie la comunidad científica mexicana.

“No es un beneficio particular de unos cuantos, sino de toda una comunidad -sobre todo de los jóvenes-, y que se distribuye, sin duda, a la sociedad mexicana a través de todos los programas de divulgación de la ciencia que hacemos todas las academias y sociedades”, sostiene la física y astrónoma.

En su caso, le fue notificado que Conacyt no pagaría la membresía que afilia a la AMC al Consejo Científico Internacional (ISC), cuyo costo anual es también de 5 mil euros. “Para un individuo es mucho; para un País no lo es”, opina Lizano.

La inscripción posibilita a México ser parte de esta agrupación global que promueve la ciencia como un bien público, y emite recomendaciones ante problemas como cambio climático, migración y desigualdad.

“(Pagar la membresía) no es dinero tirado a un fondo perdido. Permite que México tenga una voz en el conjunto de naciones.

“Desafortunadamente, con esta acción México queda fuera de los comunicados, de las acciones conjuntas, y dejaremos de participar en los paneles que dan las recomendaciones sobre estos problemas mencionados”, lamenta Lizano.

Momentos difíciles
El Comité Científico de Investigación Oceánica (SCOR); la Academia de Ciencias para el Mundo en Desarrollo (TWAS); la Unión Internacional de Ciencias Biológicas (IUBS), y la Infraestructura Mundial de Información sobre Biodiversidad (GBIF), estarían entre la docena de organismos de los que México dejaría de ser miembro si no se logra cubrir el pago que Conacyt ha abandonado, según un listado que circula entre figuras del gremio científico.

Reforma solicitó al área de Comunicación de Conacyt confirmar lo anterior, así como una entrevista con Alfonso Araiza o Eric Harrsch, subdirector y encargado de despacho de la Dirección de Cooperación Internacional, respectivamente, para detallar el ahorro que tal medida representa para la dependencia, pero, hasta el cierre de esta edición, no hubo respuesta alguna.

“Yo entiendo que en estos momentos difíciles por la pandemia uno tiene que priorizar cosas, y hay cosas importantes; pero la ciencia no sólo es importante, es estratégica. Porque, si no, ¿después qué?”, cuestiona Renato Iturriaga, presidente de la SMM, cuya afiliación a la IMU también tiene un costo de 5 mil euros.

“La decisión (de Conacyt) es lamentable, pero algo vamos a tener que hacer. Yo no concibo a la SMM estando fuera de la comunidad internacional”, adelanta el matemático, incierto sobre dónde conseguirá los fondos necesarios.

Si bien el Conacyt ha apelado a la tesitura actual para justificarse, la medida parece reforzar la postura de Álvarez-Buylla acerca de que las academias y sociedades científicas del país deberían financiarse mediante las cuotas de sus miembros, como expresara la ecóloga en febrero de 2019, meses antes de comenzar a reducir el presupuesto a dichas instancias.
 

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